Venezuela ahora se escribe con V de vergüenza
Desde 1997 venía
pronosticando que un gobierno dirigido por Hugo Chávez nos llevaría
irremediablemente a la miseria. El tiempo me ha dado parcialmente la razón. El
asunto es que me quedé corto. No solo nos encontramos los venezolanos en una
paupérrima condición de pobreza sino que además, el comportamiento de nuestra
clase política gobernante no deja de avergonzarme.
Las últimas semanas han
estado cargadas de eventos que, para comenzar, ponen en tela de juicio nuestra
tan cacareada soberanía. La más lamentable es ver como Guyana, de forma
unilateral, ha comenzado en alianza con una gran transnacional del petróleo la
exploración en aguas que durante décadas hemos reclamado como nuestras. La
actitud servil de Chávez para con Fidel llevó al abandono de nuestras legítimas
pretensiones territoriales y dio posibilidades para que Guyana comenzara una
agresiva explotación de nuestros territorios ante la mirada pasiva de nuestra
cancillería y la vergonzosa inacción de las fuerzas armadas.
En otra de soberanía
mancillada, asistimos con estupor a la visita de una misión presidida por una
de las principales fichas políticas de la mafia de la droga colombiana Ernesto
Samper. Este señor no tuvo empacho en decir una cantidad de barbaridades que
ponían en evidencia que él no es la persona para mediar en el problema
venezolano. Eso sin mencionar que la sola necesidad de apelar a organismos
internacionales para avalar las violaciones de derechos humanos y persecución
política con los que el gobierno ataca a la oposición venezolana, solo puede
llamarse agavillamiento internacional.
No deja de
avergonzarnos la indiferencia gubernamental ante la criminalidad desenfrenada.
El número de asesinatos promete batir records nuevamente este año. Miles de
familias afectadas, miles de venezolanos huérfanos, miles de mujeres viudas,
miles de madres que tienen que sepultar a sus hijos en un ritual contra natura.
El gobierno no hace algo al respecto. Los mismos cuerpos policiales se
encuentran en minusvalía frente a las bandas criminales mejor armadas y muchas
veces con más recursos provenientes del tráfico de drogas.
Es una vergüenza
universal que los venezolanos tengan que hacer colas para comprar alimentos y
artículos de primera necesidad. No ha explicado el gobierno a dónde fue a parar
la mayor entrada de recursos petroleros de toda nuestra historia. Según la
cuenta de expertos en el área, Venezuela recibió entre 1999 y 2013 el doble por
concepto de venta de hidrocarburos que lo que se facturó entre 1918 y 1998.
Leyó bien, este gobierno se bonchó el doble del dinero que los 80 años
anteriores de gobiernos de todo tipo.
Y esa vergüenza se hace
más profunda cuando se ve la cantidad de obras de infraestructura que se
consumieron los presupuestos iniciales y que están muy lejos de ser
finalizadas. Venezuela es un cementerio de obras inconclusas que enriquecieron
a contratistas y contratadores y que se suman al pasivo que los venezolanos
tenemos que asumir sin que haya un solo culpable tras las rejas.
Vergüenza da un
gobierno errático que inventa guerras con imperios que después de todo no
tienen ningún interés en nuestras supuestas riquezas. Es una verdadera pena que
Venezuela sea el único país en el que los burócratas no asumen sus
responsabilidades al tiempo que culpan a las conspiraciones universales de los
problemas que sufrimos los venezolanos.
Vergüenza da ver a unos
obesos uniformados decir que están preparados para enfrentar al ejército mejor
preparado y con mayor experiencia del mundo en una guerra que no está planteada
sino en las enanas mentes de politicastros que siguen el patrón declarativo de
la dictadura cubana.
Esta no pretende ser
una lista exhaustiva de todo lo que da vergüenza en Venezuela. No mencionamos
los servicios públicos, los apagones permanentes, el quiebre de las empresas
por parte del gobierno, la entrega de los poderes del estado al partido de
gobierno, la dolorosa situación de todo aquel al que se le ocurra el
imperialista y burgués acto de enfermarse.
Seguramente en la lista
de la vergüenza me quedo corto, como corto me quedé cuando le anticipaba a mis
amigos y relacionados el error que significaba entregarle el poder a Fidel
Castro… ¡perdón!! Quise decir Hugo Chávez.
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