Naturalmente, este cisma básico divide al chavismo, mientras el presidente busca el apoyo y colaboración en miraflores del sector militarista con la calle perdida, y figuras menores de las gobernaciones. Es un político deficiente porque sus hombres tambien lo son y el régimen esta carcomido por la derrota. Y ya no hay duda en relación a quien ha dominado el escenario venezolano. Maduro sigue negandose internamente a reconocer o dar apoyo y aprobación franca a Cabello, y naturalmente el teniente no hace nada por aliviar las cosas con sus tácticas de no cooperación, sus caprichosas manifestaciones de independencia, su constante recurrir a la intransigencia, su estilo y su personalidad. Enconado con quienes considera traidores a la patria,Cabello esta decidido a prevalecer de acuerdo a sus propios términos y afirmar su propio poder; no ve ninguna razón para ser dócil con el presidente y mas dificil le resulta dar marcha atrás y reconocer que el juego se ha ido a pique. Si esto no hubiera sido un choque monumental y agrio de voluntades políticas y también una divergencia fundamental en la visión que cada uno tiene del país. Hubiera exitido cantidad de oportunidades para llegar a un entendimiento. Inicialmente no había tenido mucho de erronéo en alentar el dialogo, para tener la colaboración de hombres que chapaleaban. Maduro se aferró demasiado tiempo a sus políticas, hizo demasiadas concesiones y promesas a quienes no debió, con demasiado celo y no con la distancia cínica que era necesaria entre ellos, finalmente arriesgó demasiado prestigio presidencial para unir manos. En cuanto, la intención de la oposición era aumentar la presión aun cuando se tuvo la impresión de que exageraba y estaba dando un tiempo al régimen; pero fue suficiente para enfriar el ardor de ciertas personalidades cuyo primer impulso las habría acercado a miraflores. El esfuerzo diplomatico inicial consistio en advertir incesantemente que el gobierno venezolano habría de perder la amistad de la OEA, si extralimitaba acuerdos y firmaba una paz por separado, advirtiendo que el gobierno derrotado no debía olvidar que norteamerica esta pendiente y tiene interes en la derrota de los revolucionarios. Las esperanzas de miraflores mueren rapidamente, que esperaba ganar la guerra antes de hacer la paz. Los tornillos de la ocupación castro-chavista se sueltan, mientras la oposición continua esfuerzos, implacables y continuos, por alcanzar la buena voluntad de los venezolanos de todos los colores colaborando con ellos. Mientras miraflores se hunde cada vez más en el pantano que consiste en adular mas a la casta militar y forzar la mano a el TSJ.
Naturalmente, este cisma básico divide al chavismo, mientras el presidente busca el apoyo y colaboración en miraflores del sector militarista con la calle perdida, y figuras menores de las gobernaciones. Es un político deficiente porque sus hombres tambien lo son y el régimen esta carcomido por la derrota. Y ya no hay duda en relación a quien ha dominado el escenario venezolano. Maduro sigue negandose internamente a reconocer o dar apoyo y aprobación franca a Cabello, y naturalmente el teniente no hace nada por aliviar las cosas con sus tácticas de no cooperación, sus caprichosas manifestaciones de independencia, su constante recurrir a la intransigencia, su estilo y su personalidad. Enconado con quienes considera traidores a la patria,Cabello esta decidido a prevalecer de acuerdo a sus propios términos y afirmar su propio poder; no ve ninguna razón para ser dócil con el presidente y mas dificil le resulta dar marcha atrás y reconocer que el juego se ha ido a pique. Si esto no hubiera sido un choque monumental y agrio de voluntades políticas y también una divergencia fundamental en la visión que cada uno tiene del país. Hubiera exitido cantidad de oportunidades para llegar a un entendimiento. Inicialmente no había tenido mucho de erronéo en alentar el dialogo, para tener la colaboración de hombres que chapaleaban. Maduro se aferró demasiado tiempo a sus políticas, hizo demasiadas concesiones y promesas a quienes no debió, con demasiado celo y no con la distancia cínica que era necesaria entre ellos, finalmente arriesgó demasiado prestigio presidencial para unir manos. En cuanto, la intención de la oposición era aumentar la presión aun cuando se tuvo la impresión de que exageraba y estaba dando un tiempo al régimen; pero fue suficiente para enfriar el ardor de ciertas personalidades cuyo primer impulso las habría acercado a miraflores. El esfuerzo diplomatico inicial consistio en advertir incesantemente que el gobierno venezolano habría de perder la amistad de la OEA, si extralimitaba acuerdos y firmaba una paz por separado, advirtiendo que el gobierno derrotado no debía olvidar que norteamerica esta pendiente y tiene interes en la derrota de los revolucionarios. Las esperanzas de miraflores mueren rapidamente, que esperaba ganar la guerra antes de hacer la paz. Los tornillos de la ocupación castro-chavista se sueltan, mientras la oposición continua esfuerzos, implacables y continuos, por alcanzar la buena voluntad de los venezolanos de todos los colores colaborando con ellos. Mientras miraflores se hunde cada vez más en el pantano que consiste en adular mas a la casta militar y forzar la mano a el TSJ.
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