EL RÉGIMEN EN PÁNICO EMPUJA A LA EXPLOSIÓN SOCIAL
EL RÉGIMEN EN PÁNICO EMPUJA A LA EXPLOSIÓN
SOCIAL
Nicolás
Maduro acompañado del gorilismo militarista aupado por Padrino López, ha mostrado su
intención oculta ayer en un evento inimaginable en una democracia. Trata así el
gobierno de empujar a la sociedad venezolana a la violencia política. Violencia
política mediante el empleo de las bocas de fuego de un régimen que sufre una
enorme fatiga por la creciente ingobernabilidad. Violencia política que pudiera
irrumpir en una marcada explosión social
durante la protesta civilista del 19 de
abril que intenta confrontar el militarismo con la expresión armada de la
Milicia.
El régimen tuvo
la osadía de mostrarle al mundo su gorilismo, su irresponsabilidad histórica y
su carencia de respeto hacia los hombres y mujeres, mayoría democrática que en
legítimo sentido político, social y ético, demandan por la vía electoral el
cambio de un régimen cobarde y autoritario. Un régimen cobarde, autoritario y militarista
sostenido por el partido político en
armas mostró al mundo, a América Latina en especial y a los venezolanos
demócratas, su saña primitiva cuando interpreta a la política como la guerra.
En forma indeseable, vergonzosa, con un desplante comunicacional que será hito
para el estudio de las relaciones civiles militares en América y Latinoamérica,
mostró a unos uniformados adulantes al régimen violando la Constitución.
Los
actores militares del 17 de abril mostraron que ellos son parte confirmada del
socialismo a juro que impuso el régimen cubano al endeble sistema político
venezolano para aprovecharse de las riquezas nacionales, su petróleo, los
negocios y asaltar organizaciones críticas que tienen que ver con la defensa de
la República. Todo esto coloca a quienes ayer fueron actores comunicacionales
políticos en una condición de delito y, más grave aún, facilitan la
verificación de que quienes operan como cúpula del militarismo hace tiempo se olvidaron de su condición militar ligada a
la defensa del Estado, lo cual habla de su irresponsabilidad y debilidad ética.
Nicolás
Maduro tiembla, está lleno de pánico e incapacidad para aproximar el ambiente
político real, entonces ristre en mano se juega con el partido político en armas la gravísima situación que vive el país.
Para ello, emplea su partido político en
armas para generar en una provocación fratricida enfrentamientos que imposibles
de controlar pudieran empujar a una confrontación callejera, que determinaría en
grado máximo la explosión social. Es decir, el protagonismo militar del 17 de abril
más la desconfianza de la gran mayoría de los venezolanos podría terminar, con
la provocación comunicacional decidida por Nicolás Maduro, en violencia
política.
La
ineptitud de Nicolás Maduro y quienes regentan el socialismo a juro, no tiene
límites. Sin genio para crear acciones políticas que tengan dirección, motivo y
sentido en el intrincado momento de la política doméstica, atizan la violencia
pero además se olvidan de la política, privilegiando la explosión social.
Violencia que han venido desarrollando los
escuderos que previamente han hablado de guerra, de Kalashnikov, de
confrontación y de motorizados que como colectivos irracionales atienden a la
seducción de la muerte. Esos escuderos
que creen que la política se hace por la vía de la guerra y no terminan de
comprender que la política cuanto persigue es la construcción, el crecimiento y
desarrollo para alcanzar la paz.
Nicolás
Maduro, Padrino López y ahora los visibles retadores militaristas a la
democracia, es decir, los marxistoides del siglo XXI atizan, amenazan y
persiguen a los venezolanos comunes y corrientes que con el símbolo de la
democracia y el arquetipo de la participación política, están decididos desde
el 6D del 2015 y más aún, desde el inició la dictadura el 20 de Octubre de
2016, hoy tiranía, a defender una ecuación simple que es aquella donde el
individuo está por encima de la colectividad y del Estado: la democracia
política. Se vuelven a equivocar los violentos, están identificados y serán
enjuiciados por las leyes y sobre todo por la mayoría de la civilidad
democrática, que es a quien le toca decidir el destino de Venezuela como
República.
La
intención oculta del militarismo bastardo del 17A tiene que enfrentar al
símbolo de la libertad representado por los demócratas, va a comprender que la
democracia como disciplina de vida no le teme ni siquiera a la violencia armada
y aunque la maroma uniformada, vergüenza de la historia político militar del
país, insinúe o convoque a la explosión social como violencia política, ello no
será posible por cuanto el demócrata ha controlado el miedo, tiene una decisión
unívoca -la democracia-, pero sobre todo hay un cuerpo de significaciones imaginarias sobre la libertad, el derecho al voto y
la pasión cierta por reinstalar un régimen decente, opuesto a la vergüenza de
la provocación militarista del partido
político en armas, presidido por Padrino López y Nicolás Maduro.
Es auténtico,
Dr. José Machillanda
@JMachillandaP
Director de CEPPRO
Caracas, 18/04/2017
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